BODEGAS

La historia de los vinos de Marqués de Vargas se remonta al año 1840 cuando Felipe de la Mata, VIII Marqués de Vargas, realiza las primeras plantaciones de viña en la Hacienda Pradolagar, cerca de Logroño. En 1989, Pelayo de la Mata, XI Marqués de Vargas, y sus hermanos vieron cumplido el sueño de su padre al construir la actual bodega en pleno valle del Ebro, en el corazón de la Rioja Alta. Marqués de Vargas nace con un concepto muy diferente al de las bodegas tradicionales de Rioja: una filosofía inspirada en los Châteaux franceses, elaborando Reservas y Grandes Reservas exclusivamente con las uvas del propio viñedo situado a poco metros de la Bodega. Vinos de producción limitada, con la tipicidad de la región y con la singularidad e identidad de un terroir único.
La Hacienda Pradolagar cuenta con 52 hectáreas de viñedo divididas en 32 parcelas según tipo de suelo, clima y variedad. Unas vides de entre 33 y 50 años que son cultivadas prescindiendo de todo tipo de herbicidas y pesticidas. La bodega está diseñada para dar servicio al viñedo. Los vinos maduran en condiciones inmejorables en barricas de roble francés seleccionadas, de las mejores tonelerías. En ellas se elaboran los grandes vinos de guarda de Marqués de Vargas, que han sido distinguidos con la prestigiosa calificación de “Viñedo Singular” por la DOCa Rioja gracias a las características extraordinarias de sus parcelas, a lo diferencial de su proceso de producción y elaboración, y al respeto por el tradicional proceso de vendimia manual.

Decir Marqués de Vargas es nombrar un linaje familiar de cuatro generaciones dedicadas con pasión a la elaboración y comercialización de excelentes y grandes vinos de La Rioja.

Nuestra Historia se remonta al año 1840, cuando don Felipe de la Mata, VIII Marqués de Vargas, decide plantar las primeras viñas en la Hacienda Pradolagar. El legado familiar continua con sus hijos, Pelayo y su hermano Francisco, IX Marqués de Vargas, figura célebre en Logroño llegando a ser alcalde de la ciudad a finales del Siglo XIX. Ambos hermanos mantienen viva la pasión por las vides de Pradolagar. 

Es la siguiente generación la que marca especialmente la historia de esta casa. Don Hilario de la Mata, padre del actual Marqués, fue como sus predecesores un apasionado del mundo del vino. Presidente de un importante grupo bodeguero y copropietario de otra firma del sector, siempre soñó con tener una bodega con el título de la familia. Desgraciadamente, falleció joven y no pudo hacer realidad su sueño”.
En 1989, Pelayo de la Mata, XI Marqués de Vargas y Conde de San Cristóbal, cumple junto con sus hermanos el sueño de su padre construyendo la bodega en medio de la finca familiar, en pleno corazón de La Rioja Alta.

Históricamente las bodegas de La Rioja han basado la producción de sus vinos en la compra de uva y vino a diferentes viticultores de las distintas zonas de la región. Sin embargo, Marqués de Vargas nace con un concepto muy diferente al de las bodegas tradicionales de Rioja: una filosofía inspirada en los Châteaux franceses, elaborando Reservas y Grandes Reservas exclusivamente con las uvas del propio viñedo situado a poco metros de la Bodega. Vinos de producción limitada, con la tipicidad de la región y con la singularidad e identidad de un terroir único. 

La Hacienda Pradolagar cuenta con 52 hectáreas de viñedo divididas en 32 parcelas según tipo de suelo, clima y variedad. Esta sectorización es resultado de un profundo estudio cartográfico llevado a cabo por un gran equipo humano con una visión muy cercana a la tierra: Ana Barrón, enóloga de Marqués de Vargas, Xavier Ausás, asesor enólogo, y David Pernet, prestigioso cartógrafo de viñedos y fundador de la Sociedad SOVIVINS de Burdeos.

La viña es “el jardín del Palacete”. Las cepas se miman durante todo el año como si de un jardín se tratara, con una viticultura sostenible, sin herbicidas ni pesticidas, podándolas y descargándolas de uvas para incrementar la calidad de la cosecha. La vendimia se realiza a mano, por parcelas, haciendo la primera selección en el propio viñedo. Las uvas se colocan en cajas de 12 kg. y entran en las cámaras de refrigeración a los pocos minutos de ser recolectadas. El frío aportado a los racimos durante toda la noche tiene reconocidos efectos positivos para la calidad del vino.

Los depósitos en la nave de elaboración son el espejo técnico de la división por parcelas realizada en la viña. La bodega está diseñada para dar servicio al viñedo. Los vinos maduran en condiciones inmejorables en barricas de roble francés seleccionadas, de las mejores tonelerías. En ellas se elaboran los grandes vinos de guarda de Marqués de Vargas, que han sido distinguidos con la prestigiosa calificación de “Viñedo Singular” por la DOCa Rioja gracias a las características extraordinarias de sus parcelas, a lo diferencial de su proceso de producción y elaboración, y al respeto por el tradicional proceso de vendimia manual.

“La gran acogida que tuvieron en el mercado los vinos Marqués de Vargas Reserva animó a la familia De la Mata a ampliar su legado vitivinícola a otras denominaciones de origen representativas del territorio español y que respondieran a los mismos parámetros de vinos de alta gama, viñedo propio y producción limitada.

En primer lugar, la familia adquirió el histórico viñedo Pago de Valdestremero, que ya producía uvas para la elaboración de los vinos que se servían en la corte del rey Felipe II, en Valladolid, en el siglo XVI, como lo atestigua el primer registro de propiedad del pago. Situado a las afueras de Peñafiel, en la reconocida como “Milla de Oro” de la Ribera del Duero, se denominó Bodegas y Viñedos del Conde de San Cristóbal por la vinculación con la zona del primer Conde, Julián de San Cristóbal y Eguiarreta, Oydor de la Real Chancillería de Valladolid. Jorge Peique, nuestro enólogo, junto con Xavier Ausás, trabajan codo a codo para conseguir grandes vinos con la tipicidad de la zona y la singularidad e identidad del terruño del que provienen.

Cada 15 de enero, devotos peregrinos llegan hasta una pequeña capilla levantada en un atractivo rincón de Galicia, a orillas del Río Miño, para realizar sus ofrendas a san Mauro (en gallego, san Amaro) y pedirle protección contra las enfermedades reumáticas. La capilla, construida en 1582 en su honor por una noble familia transfronteriza, los Pereira de Castro, forma parte del Pazo de San Mauro, donde hoy se producen los excelentes vinos que llevan su nombre.

La última adquisición de la familia fue Pazo San Mauro, un pazo histórico de las Rías Baixas cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, y su bodega, considerada una de las más antiguas de Europa. Sus 20 has. de viñedo descienden en terrazas hacia el mediodía, creando un anfiteatro natural, envueltos por la magia y misterios del Miño. En este escenario desarrolla su labor nuestra enóloga Susana Pérez, con el esmero y dedicación que merecen estos antiquísimos viñedos.

Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas es hoy en día un sólido proyecto vitivinícola, fruto del esfuerzo, perseverancia y visión de futuro de cuatro generaciones de una familia dedicada al vino.