Bodegas Arizcuren, Bodegas Campo Viejo, Bodegas Franco-Españolas, Bodegas Viña Ijalba, Bodegas Marqués de Murrieta, Bodegas Marqués de Vargas, Bodegas Olarra y Bodegas Ontañón el Templo del Vino muestran la diversidad de Bodegas de Logroño.
Ocho orígenes y ocho propuestas diferentes y singulares reflejan el carácter abierto, cosmopolita e imperdible de la capital riojana a través del enoturismo, capaz de generar una conexión entre el turista, la gastronomía, la cultura, el ocio y el vino.
Para Borja Eguizábal, presidente de Bodegas de Logroño: “Logroño cuenta con bodegas centenarias y bodegas que aún no han cumplido un lustro; bodegas de garaje y bodegas château y todas ellas, son únicas. Es el motivo por el que trabajamos juntas desde hace casi dos años, para reforzar y difundir la pluralidad y riqueza de nuestra enópolis y de nuestra tierra”.
Es una oferta heterogénea que satisface tanto al enoturista más avezado como al que quiere descubrir este mundo por primera vez. Desde una bodega garaje con nombre propio, el de Javier Arizcuren, en la que se unen la visión del arquitecto y la del viticultor en un espacio urbano reinventado, hasta la espectacular sala de barricas de Bodegas Campo Viejo, referente en el mundo con 70.000 barricas de roble descansando en un mismo espacio, pasando por la privilegiada situación de la Bodegas Franco-Españolas, embajadora de la marca Rioja con sus vinos centenarios y que se convierte en sede de una agenda cultural que marida arte, cultura, ocio y vino durante todo el año. Hay también oportunidad para descubrir el origen de los vinos de Rioja con Marqués de Murrieta, a través de su museo bodega Castillo de Ygay del siglo XIX; y para conocer el concepto de château en Bodegas Marqués de Vargas, enclavada en el centro de su propio viñedo; aprender que la arquitectura moderna llegó a las bodegas en los 70, como demuestra el emblemático tejado que corona la sala de barricas de Bodegas Olarra formado por 111 cúpulas hexagonales, creadas para evitar cambios bruscos de temperatura en su interior; para profesar el culto al vino en Bodegas Ontañón, en la que los vinos maduran vigilados por dioses y héroes mitológicos; o para conocer los secretos de los viñedos de Rioja en el museo natural de variedades autóctonas de uva que mima Viña Ijalba en su pequeño viñedo, que contiene variedades actuales y recuperadas con las que se ha escrito la historia de la Denominación.
Bodegas de Logroño representa la diversidad. Ocho maneras de disfrutar de La Rioja y ocho maneras de disfrutar del Rioja sin salir de la capital. “Aquí, el vino es Capital”, reza su eslogan.